El por qué de la pasión
Se sabe que el automovilismo nacional genera empleo, negocios, turismo y mucho más, porque todavía despierta en la gente esa pasión que nos fueron transmitiendo nuestros padres y abuelos.
Cuando se acerca el automovilismo a la gente, ellos responden con algarabía y un fervor casi inigualable, ya que transmite adrenalina y a la vez sirve para buscar un momento de entretenimiento, de esparcimiento para poder compartir con la familia o amigos un día diferente.
De un tiempo a esta parte muchos son los autódromos que se hicieron a nuevo o se reformaron para intentar adjudicarse una fecha de algunos de los campeonatos nacionales, llámese TC, TC2000, TRV6 o Turismo Nacional; sin desconocer que hoteles, locales comerciales, restaurantes, etc. ven incrementados sus ingresos con la llegada del automovilismo a la ciudad de turno.
Cada vez hay más autódromos en la Argentina, lo cual no quiere decir que sea lo más adecuado o el camino del progreso. No es cuestión de utilizar 10 hectáreas al costado de una ruta y hacer una carpeta asfáltica, es muy costoso y poco productivo mantener autodromos que solo se usan prácticamente una sola vez al año.
Lo ideal seria tener escenarios a la altura de las circunstancias (como lo hace Brasil que solo utiliza sus 4 autodromos internacionales), donde para los pilotos sientan que ganaron en templos como lo es históricamente el Oscar y Juan Gálvez de la Ciudad de Bs. As.
Últimamente, por ejemplo, se re acondicionó el circuito semipermanente de Potrero de los Funes,en San Luis, que se proyecta como una plaza donde todos querrán ganar, porque ganar allí será consagratorio. Este escenario alojó en el 2008 a la FIA GT, una de las categorías internacionales de autos con techo mas importantes del mundo.
Hoy en día el automovilismo ocupa un lugar más que importante demostrando que la pasión por los autos sigue intacta.
Al paso de los autos se estremece el pavimento, a pura adrenalina y vértigo. Para los que gustan de maniobras al límite, sobrepasos y “chapa”. Mientras del otro lado del alambre el publico se presta a comer el infaltable asadito a las brasas pos picada completa mientras que se grita ferviente hasta quedar sin voz.
En conclusión queda demostrado que en este circo hincha, piloto y máquina son la base de esta alianza inquebrantable.