Fiat 125 – Un sedan protagonista – Primera Parte
A lo largo de más de 60 años de presencia industrial y comercial, Fiat forjó en Argentina una fuerte imagen de marca asociada a la economía y la familia con la oferta de modelos medianos de dimensiones confortables y buenas prestaciones. El punto de partida fue el recordado 1500, presentado en 1963. A pesar de sus buenos pergaminos, la fábrica de El Palomar adelantó su remplazo por el 1600, un auto inédito en la producción global de la marca italiana que resultó una solución de compromiso entre la berlina 1500 nacional y el 125 que la casa matriz comercializaba en Europa desde 1967.
Finalmente, en septiembre de 1972 “La Máquina” se presentó en los concesionarios de la red oficial. La versión argentina estaba basada en la última ejecución del 125 Special italiano, presentada en 1971, que incorporaba detalles de estilo como los paragolpes envolventes con banda protectora de goma, faros traseros horizontales, luces de posición y giro por debajo de los paragolpes y lo más importante: la potencia del motor elevada a 110 hp.
Todas las miradas y los oídos estaban depositados en la fina música que sonaba bajo el capó donde se alojaba el robusto “bialbero” que con sus 1608 cc y una relación de compresión de 8,8:1 alcanzaba su potencia máxima a un régimen de 6200 rpm. El 125 B 038 era un motor configurado para elevadas prestaciones y durabilidad con disposición cuadrada, cámaras de combustión hemisféricas, válvulas de mayor diámetro y baja velocidad del pistón. Se alimentaba con nafta súper a través de un carburador Solex C 34 PAIA/33 de doble cuerpo. Esta motorización era absolutamente inédita en el mercado nacional y significaba el acceso para un público genérico de un impulsor hasta entonces reservado a los autos de gamas superiores.
A diferencia del modelo italiano, que solo se comercializó con carrocería sedán de cuatro puertas, la gama argentina quedó integrada por las versiones berlina, familiar. Al año siguiente, se sumaría la Multicarga. Las tres últimas versiones fueron desarrollos exclusivos para el mercado local.
La carrocería de la berlina era idéntica a la del 1600, pero se diferenciaba por los faros delanteros cuadrados y duales, nueva grilla con logo en disposición horizontal, bagueta cromada lateral ubicada debajo de las manijas de puertas, luz de giro en el guardabarros delantero y los mencionados paragolpes y faros traseros.
Como fiel sucesor del 1500, compartía la misma distancia entre ejes (2505 mm) y prácticamente la misma longitud (4242 mm contra 4265 mm). Además, heredaba del histórico sedán la configuración de las suspensiones, adelante independiente con brazos oscilantes, resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos de doble efecto, y atrás con eje rígido combinado con ballestas longitudinales, amortiguadores hidráulicos de doble efecto y la incorporación de barras reactoras longitudinales que contribuyeron a controlar el desplazamiento longitudinal del modelo anterior.
En el habitáculo presentaba butacas individuales regulables longitudinalmente con respaldos reclinables, tapizadas en combinación de pana y vinilo. Atrás, el asiento disponía de espacio suficiente para tres pasajeros adicionales y un apoyabrazos central.
“La Machina”, en la versión berlina, podía desplazarse a 170 km/h y frenaba con seguridad gracias a su sistema de doble circuito de frenos, con disco adelante y tambores atrás. Las prestaciones de la familiar eran algo más modestas, podía alcanzar una máxima de 165 km/h.
Por dimensiones, motorización y precio, el 125 rivalizaba con el Renault 12, el Dodge 1500 y el Peugeot 404. La versión familiar era la única de su tipo en la categoría, pero luego debería competir con el Renault 12 Break y el Dodge 1500 Rural, presentados en 1973 y 1978, respectivamente.
Las virtudes del Fiat 125 fueron rápidamente reconocidas por los medios especializados, agrupados en APICA, que le otorgaron el título de Auto del Año 1973.
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