Citroën Ami 8 en Argentina – Segunda parte
El Ami 8 apostaba a disputarle a los Renault 4 y 6 una cuota del mercado de pequeños y medianos vehículos familiares. De hecho, la marca lo presentaba como un “medio mediano”.
En su exterior se destacaban detalles funcionales y de estilo como los grandes faros rectangulares regulables, tanto desde el interior como desde fuera, y los de posición que se embutían en la carrocería en caso de ser presionados, evitando así su rotura por impacto durante la maniobra de estacionamiento. A diferencia de lo ocurrido con el 2CV, el estilo original de los paragolpes fue respetado sin adosarle las típicas uñas y defensas que, si bien lo protegían, afectaban su imagen. De serie, el Ami 8 argentino incorporaba paragolpes de hojas envolventes con esbeltas uñas de goma.
El énfasis del proyecto fue puesto en maximizar el espacio interior, que ofrecía capacidad para cinco pasajeros y un área de carga de 365 dm3, lograda gracias a la disposición casi vertical del portón trasero. El volumen para equipaje podía ampliarse al rebatir los asientos traseros en dos posiciones: el respaldo sobre el plano horizontal o bien todo el conjunto que pivoteaba hasta ubicarse tras el asiento delantero. Con los asientos traseros en posición normal, el equipaje quedaba oculto debajo de una bandeja. El acceso a esta parte del auto se lograba a través de un generoso portón regulado por dos amortiguadores que garantizaban una suave apertura. La altura de más de un metro y medio contribuía también a optimizar el espacio interior. Adelante, el auto disponía de butacas individuales con regulación longitudinal mediante cremallera.
La aireación del habitáculo se había mejorado sensiblemente con un sistema de rejillas regulables, ubicadas en ambos extremos del panel de instrumentos y ventanillas de las puertas delanteras con mecanismo de subir y bajar que liberaban casi por completo la superficie vidriada. Las puertas traseras ofrecían ventanillas con desplazamiento longitudinal, de funcionamiento sencillo y mecanismo simple.
Con un largo de la carrocería 3991 milímetros, el Ami 8 era 20 centímetros más largo que el 3CV y pesaba 150 kilos más (750 kilos, vacío). Con un despeje de 250 mm y tracción delantera podía desafiar caminos irregulares y en malas condiciones. La relación peso-potencia lo ubicaba en desventaja respecto a su hermano menor, situación que se compensaba parcialmente con los 3,5 hp extra que otorgaba su carburador de doble boca.
El conjunto mantenía la tradicional configuración bastidor y carrocería como elementos diferenciados. Esta última se montaba sobre una plataforma con largueros incorporados. El auto se montaba sobre cubiertas de 5”x15”.
En el habitáculo se destacaba el panel de instrumentos de fácil lectura y diseño horizontal que ofrecía en todo su ancho una amplia bandeja porta objetos. El volante de un solo brazo, derivado del DS, facilitaba la lectura del panel. Sin quitar las manos de él podían operarse sin inconvenientes las tres palancas que activaban diferentes funciones: las luces de posición, baja y alta; la que comandaba el giro, la bocina y guiñada de luces, la que accionaba el limpiaparabrisas y el chorro de agua para la limpieza del parabrisas.
Como era habitual en todos los modelos Citroën, las ventajas del Ami 8 estaban en su economía y prestaciones. Alcanzaba una velocidad máxima cercana a los 120 km/h y ofrecía un consumo de 6,5 a 7,2 litros cada 100 kilómetros, según la velocidad promedio. Con su tanque de combustible de 32 litros, su autonomía se ubicaba en un rango de 440-490 kilómetros.
El equipamiento de serie incluía calefactor y lavaparabrisas. La radio AM y las cubiertas radiales eran opcionales.
La diferencia de categoría se veía reflejada en el precio. Al momento de su lanzamiento comercial debía abonarse por él $12.750, aproximadamente $3.000 más que lo que salía un 3CV.
El público respondió satisfactoriamente a la nueva propuesta de la marca del doble chevrón. En 1971, su primer año de producción completo, partieron de la línea de montaje de la calle Zepita 5204 unidades, cifra que representaba un tercio de la fabricación total de la empresa.
Esta expansión de la línea, a la que pronto se sumaría el particular Mehari, contribuyó al crecimiento de Citroën Argentina durante ese año. El éxito comercial se debía en gran medida al mantenimiento de un mismo tipo de mecánica, que con idéntica plataforma ofrecía un amplio abanico de opciones.
El Ami 8 recibió la denominación Club a partir de 1972, cuando incorporó una serie de cambios menores como el nuevo sistema de arranque con llave de contacto Neimann, nuevas butacas y tapizados de paneles de puertas, todo en color negro. Estas mejoras fueron acompañadas de nuevos colores que vistieron a las carrocerías, con la incorporación del amarillo de los Alpes, rojo Caribe, azul Le Mans y blanco Pharos, disponibles también para el 3CV.
En series limitadas fue ofrecida una versión ambulancia, con un equipamiento completo para el servicio de emergencia que incluía camilla articulada, butaca trasera de compañía, ventilador y espejo interior en el sector posterior.
Con pocos cambios se mantuvo en producción hasta 1977 cuando fue presentada la versión Elysée. El nuevo styling buscaba dotarlo de un aspecto más lujoso y sofisticado con detalles como las nuevas llantas caladas, tapizados en pana engamados con el exclusivo color verde de la carrocería, volante acolchado en poliuretano inyectado, butacas más mullidas y reclinables, nuevos tapizados y alfombra bouclé de poliamida lavable. El exterior sumaba una banda protectora lateral de acero inoxidable con una banda protectora de policloruro de vinilo. La identificación externa del modelo se visualizaba en la zona inferior de los guardabarros delanteros y en el portón trasero. El equipamiento incluía de serie radio AM Motorola.
Si bien el color verde identificaba originalmente a esta versión, luego fueron incorporados los tonos amarillo Alajuela; blanco Himalaya; terracota; rojo y azul oscuro.
Además de abastecer al mercado local, el Ami 8 argentino fue exportado hacia países limítrofes como Uruguay y Paraguayy ensamblado en la planta chilena de Arica, entre 1976 y 1978, con componentes argentinos que llegaron bajo la modalidad CKD (completamente desarmado). Algunas unidades fueron enviadas a Cuba como parte de los acuerdos firmados en 1973 por el gobierno argentino con la isla caribeña. Hasta 1975, la producción del Ami 8 se mantuvo estable con cifras que promediaban las 6300 unidades anuales, pero a partir de 1976 comenzó a declinar sensiblemente hasta tocar, en 1978, el piso de 2842. La caída de las ventas del modelo reflejaba la recesión del sector y, en particular, como afectaba la inestabilidad económica a la fábrica francesa, cuya participación en el mercado argentino se redujo de manera apreciable en esos años. La situación fue considera irreversible por la casa matriz que decidió bajar las persianas a partir de diciembre de 1979. Con el cierre de Citroën Argentina, el Ami 8 fue discontinuado luego de fabricarse un total de 48.855 unidades.