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Sergio Abrevaya, el promotor de la VTV de clásicos porteña

Hace pocas semanas entró en vigencia la nueva VTV para autos clásicos en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Para conocer en detalle su origen y fundamentos, entrevistamos al legislador porteño Sergio Abrevaya, impulsor del proyecto.

¿Cómo surgió la iniciativa?

Me gustan mucho los fierros. Un día me escribió el propietario de un Taunus que tenía esta preocupación por la VTV. Me pareció una buena idea, armé un texto y lo presenté en la Legislatura. Cuando entró en Comisión, llamé a todos los clubes que pude para que opinen. Había distintos tipos de opiniones, tomé muchísimo de eso y después tuvimos distintas negociaciones con el Poder Ejecutivo. Pero la iniciativa surge de esas dos cosas: una, que a mí me gustan mucho los fierros y se de los problemas que se tiene cuando estás luchando contra el Estado y las organizaciones y, la otra, este muchacho del Taunus que me planteó esa iniciativa y que yo lo escuché.

¿Cuál fue el rol de los clubes y de los coleccionistas que participaron?

Los clubes participaron mucho. El rol fue crucial porque cuando se trabajó en Comisión ellos intervinieron mucho para hacer modificaciones. El texto fue consensuado con el Poder Ejecutivo que tiene otra mirada, les interesaba el tema pero se fijaban también que tenía que responder a cuestiones de seguridad, es responsabilidad del Estado contemplar todo eso. Cuando se aprobó la ley, los clubes se volvieron a sentar para la reglamentación. Ahí convencí al Ejecutivo de hacer acuerdos como la habíamos hecho en Comisión, que se sentaran a escuchar lo que decían los clubes, porque a veces uno cree que sabe mucho del tema y no es así, los clubes pueden aportar mucha información.  Yo creo que a algunos del Ejecutivo, además, les gustan los fierros, así que entendían el argumento y se sentaron a consensuar. Se trabajó largamente el tema y se le dio mucha importancia a todo lo que dijeron. Y se sigue corrigiendo con ellos porque la VTV está en pañales y tendrán que corregirse muchas cosas. Los clubes intervinieron en la ley y en el manual también.

¿Qué objeciones planteaban a la VTV tradicional?

Fundamentalmente el tema de los gases y de respetar el tiempo en el que fue fabricado el auto (del 94 para atrás). Las otras objeciones tenían que ver con que si te lo metían en el rodillo te rompían el auto y que los frenos no podían cumplir con las mediciones que se pedían. Todo eso terminó volcado en el manual.

¿Cuáles fueron los ítems más discutidos del proyecto?

Los que te mencioné en la respuesta anterior y el clásico de si se podían o no meter accesorios de quita y pon (apoyacabezas, cinturones de seguridad, espejos exteriores, luces de giro, etc.). La ley terminó organizada en tres categorías. Eso permitió muchísimo trabajar diferenciando ese auto que vos lo querés súper original y que es muy antiguo pero no puede tener nada modificado, pero que no lo sacas nunca del garaje porque está tan bien conservado y vale tanto que no lo arriesgarías. Para ese tipo de autos tenés la tercera categoría que te da permiso para eventos especiales y te dura dos años. Otra te permite circular hasta 50 kilómetros y después está la común. Eso fue lo más discutido.
En el manual  hubo algunos ítems más discutidos, por ejemplo el tema ruidos y el de los hot rods. El tema era cómo hacer con las soldaduras de chasis para que el Estado las acepte por razones de seguridad. Ahí se logró un método por certificación, de un soldador certificado o de un ingeniero. Después hubo otra discusión por planteos técnicos, como por ejemplo el de los parabrisas laminados que no había en esos autos o el seguro de cardan. Los otros temas fueron apoyacabezas, espejos, luces, frenos, gases, ruidos y cinturones.

¿Cuáles son las principales diferencias en relación a la que rige para los autos contemporáneos?

Primero lo de las categorías que te decía y la posibilidad de poner accesorios de quita y pon en algunos casos. En el tema frenos lo que se busca es que frene, no hay una medición precisa como en los autos actuales, sino que se chequea que el auto frene. El manual muestra muchísimo la voluntad de que el auto esté entero, que tenga la seguridad de que funcionen el freno y las luces, no se está buscando que si tiene una pérdida de aceite no apruebe. El tema es si tiene algo roto por tener una pérdida. Ahí sí te dicen que no, y eso es muy distinto a la VTV actual.
También tiene distinto lo de los rodillos, fue uno de los temas donde más se prestó atención. Por eso se hace en SACTA, en una sola de las empresas de VTV que ya tiene esa prevención. Los rodillos donde lo ponen son muy suaves. Hay un manual que te lleva a hacer las cosas según ese auto clásico y no a romperlo exigiéndole cosas que no podría cumplir. En esto se respetó mucho lo del tiempo de fabricación. En ruidos tiene un poco más de decibeles de aceptación y, a veces, alguno de estos ítems sale observado, pero observado no significa que no esté aprobada la VTV, sino que la recomendación es que podría estar mejor, pero nada más.

¿Esta VTV restringe el uso del auto en relación a la otra?

Depende de la categoría. Si estás en la categoría 1 no. Si estás en la categoría 2 te restringe a 50 km/h. Y en la categoría 3 tenés que tener un permiso especial cada vez que lo sacás.

¿Esta VTV anula la anterior? ¿Registrarse significa que automáticamente dejaremos de recibir citaciones de la otra?

Sí, es una o la otra. El Estado exige certificar que el auto está apto para circular. Si uno hace la VTV de clásicos no necesita hacer la otra. Obviamente, para el que tiene un coche de más de 30 años conviene hacer la de clásicos porque reconoce el tiempo y las condiciones de fabricación y no exige cosas que son aplicables solo a los autos contemporáneos.

¿La renovación también es anual?

En las dos primeras categorías sí, en la otra cada dos años.

¿Está previsto que se hagan verificaciones en otras plantas además de la de Av. Roca?

No. Casualmente se hizo en una para que se respete la aplicación del manual. De hecho, todos creemos que habrá seis meses o un año de acomodamiento a distintas cuestiones que irán surgiendo de modelos que no previmos y que traían algo distinto.

¿El proyecto tuvo apoyo masivo en la Legislatura?

Sí, tuvo un amplio consenso, no hubo votos en contra.

¿Lo consideras viable para otras jurisdicciones fuera de CABA?

Sí, de hecho algunas ya la tienen como la provincia de Buenos Aires. Yo creo que todas deberían tenerlo porque el parque automotor antiguo existe en todo el país.

¿Podría establecerse un criterio nacional?

Las VTV son prerrogativas provinciales, cada distrito lo hace como cree, pero sería muy bueno que una ley nacional marque el camino y que eso permita uniformar más, aunque sea una ley federal de adhesión, pero eso sería más aplicable para las VTV comunes.

¿Hay algún registro de cuántos autos de más de 30 años circulan por CABA?

No. Se empiezan a enterar ahora.

¿Tenés un auto clásico?  

Sí. Después de presentar el proyecto me compré un Torino para restaurar que un cliente de mí chapista de toda la vida tenía en el fondo y yo no sabía que se estaba mudando y que lo iba a tirar a la calle. Se lo compré por 30 mil pesos en diciembre de 2018. Estaban todas las piezas y lo restauramos todo. Es una ZX modelo 81. La verdad que quedó bárbara y estoy muy contento. Lo único, que le hice un sacrilegio para los clásicos, una sola modernización: ¡le pusimos inyección! Con un sub-múltiple y una rampa agregada, tiene el mismo carburador a modo de cuerpo de mariposa, y la misma guitarra de filtro. La verdad que anda muy lindo.

¿Tenés algún otro proyecto en relación a los autos?

Sí, presenté varios. Uno para que los autos eléctricos puedan tener estaciones de carga y otro que obliga a cambiar en los próximos 10 años el parque de colectivos por unidades eléctricas.
Además, hace 10 años, cuando fui legislador por primera vez y vicepresidente de la Comisión de Tránsito de la Legislatura, presenté un proyecto de ley que obliga a las automotrices a entregar el manual de despiece completo a los talleres mecánicos, porque hasta ahora lo tienen solo las concesionarias oficiales.  Es una ley que está vigente pero no reglamentada por el lobby de las terminales.

Por Gustavo Feder, editor de Autohistoria

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